apego emocional que es

Qué es y cómo superar la dependencia emocional

Dentro de las relaciones humanas, la dependencia emocional surge como un fenómeno especialmente complejo que puede afectar a individuos de todas las edades, géneros y contextos.

Todos tenemos la necesidad de establecer vínculos y conexiones con otros, pero ¿Cómo podemos diferenciar entre un amor saludable y la sutil trampa de la dependencia emocional?, ¿Qué sucede cuando esas conexiones se vuelven conflictivas y coartan nuestra libertad y autonomía?

A lo largo de este artículo, exploraremos el constructo de la dependencia emocional y descubriremos cómo reconocer sus diferentes manifestaciones, comprender sus raíces, explorar su relación con el apego y aprender a liberarnos de sus ataduras para poder construir vínculos más saludables.

Qué significa, qué es dependencia emocional

La Real Academia Española (RAE) define depender”, en referencia a una persona, como “Estar sometida a la influencia, autoridad o disposición de otra”, “Contar con alguien o algo para el buen éxito de algo” o “Necesitar de otra para su existencia, subsistencia, bienestar, desarrollo, eficacia, etc.”

La dependencia emocional sería el patrón de comportamiento en el cual una persona establece relaciones afectivas caracterizadas por una excesiva necesidad del otro en un sentido muy amplio en el que vamos a ir profundizando poco a poco.  

Dependencia emocional en psicología

La dependencia emocional es un fenómeno psicológico que ha recibido atención significativa debido a sus implicaciones en las relaciones interpersonales y el bienestar emocional. A largo plazo, es un elemento que puede contribuir a la aparición de ansiedad, depresión y otros trastornos emocionales.

Las personas con dependencia emocional tienden a repetir patrones de comportamiento en sus relaciones y es interesante conocer cuáles son para poder ponerles freno. Comprender este fenómeno es esencial para proporcionar intervenciones terapéuticas efectivas y mejorar la calidad de vida emocional de las personas afectadas.

Características de la dependencia emocional

Susan Forward, psicoterapeuta y autora de libros como “Hombres que odian a las mujeres y las mujeres que los aman” abordó en profundidad el funcionamiento de la dependencia emocional en las relaciones interpersonales. Las claves que ella destaca son la conexión tóxica y desequilibrada con el otro y la búsqueda constante de aprobación.

Melody Beattie, autora especializada en temas de codependencia, explora la dependencia emocional en su obra “Codependiente nunca más” y habla de la dependencia emocional centrándose en patrones por los cuales las personas tienden a enfocarse en las necesidades de los demás dejando a un lado sus propias necesidades y bienestar.

Robin Norwood, psicóloga y autora del libro “Mujeres que aman demasiado”, aborda la dependencia emocional en el contexto de relaciones románticas y describe patrones de comportamiento específicos observados en personas que tienden a involucrarse en relaciones poco saludables, disfuncionales, que a menudo tienen una baja autoestima y buscan en las relaciones externas la validación que les falta internamente.

Como vemos, es un constructo ampliamente estudiado en psicología y existen multitud de aspectos a tener en cuenta, pero podríamos englobar las características generales de la dependencia emocional de la siguiente forma:

  • Necesidad constante de aprobación
  • Necesidad de validación externa
  • Temor intenso al abandono o soledad
  • Dificultades en la toma de decisiones independiente
  • Baja autoestima
  • Priorización de las necesidades del otro
  • Intensa preocupación en torno a las relaciones con el otro
  • Idealización del otro
  • Tolerancia o justificación de comportamientos tóxicos

Apego y dependencia emocional

Cuando hablamos de apego nos referimos al vínculo emocional que desarrollamos con las personas cercanas a nosotros, como nuestros padres, parejas o amigos íntimos. El sistema de apego se forma durante la infancia a través de nuestras figuras de referencia y tiene un gran impacto sobre cómo nos relacionamos con los demás a lo largo de nuestra vida.

Siguiendo la clasificación de la psicóloga estadounidense Mary Ainsworth (1978) podríamos clasificar los tipos de apego en tres: apego seguro, apego inseguro-ansioso o ambivalente y apego inseguro-evitativo. Más tarde, en la década de 1990, Mary Main y Judith Solomon añadieron el cuarto tipo de apego, el apego inseguro desorganizado.

La dependencia emocional y el sistema de apego están estrechamente entrelazados. El sistema de apego formado en la infancia contribuye a formar nuestras ideas y formas de actuar sobre: cómo son las relaciones y cómo debemos comportamos con los demás, las creencias que tenemos sobre cómo funciona el mundo y cuáles pueden ser nuestras expectativas en la vida y las creencias que elaboramos sobre nosotros mismos, es decir, nuestro autoconcepto y nuestra sensación de valía y capacidad.

Mientras que el estilo de apego seguro suele actuar como factor protector ante el desarrollo de relaciones de dependencia emocional, los estilos de apego inseguros, tienden a relacionarse con la dependencia emocional en la edad adulta.

Es importante destacar que las experiencias de apego no son determinantes absolutos, y las personas tienen la capacidad de cambiar y desarrollar un estilo de apego más seguro a lo largo de sus vidas a través de sus nuevas relaciones, la reflexión o la terapia.

Apego seguro y dependencia emocional

Las personas con un estilo de apego seguro tienden a desarrollar relaciones más saludables y seguras, por lo que es menos probable que caigan en situaciones de dependencia emocional. El apego seguro se forma a través de experiencias de cuidado sensible y consciente en la infancia, lo que permite a los individuos confiar en sus cuidadores y desarrollar una base segura para explorar el mundo y establecer relaciones saludables en la edad adulta.

Algunos de los puntos clave que caracterizan a las personas que desarrollan este estilo de apego y que favorecen que este actúe como factor protector ante la dependencia emocional son los siguientes:

  • Confianza en uno mismo y en los demás: la confianza en uno mismo contribuye a desarrollar una sensación de seguridad interna que disminuye la necesidad de validación externa.
  • Autonomía emocional: el haber crecido en un ambiente donde se pueden expresar las emociones de forma saludable promueve que sean personas capaces de gestionar sus emociones sin la necesidad de depender de los demás.
  • Límites saludables: son capaces de establecer límites en sus relaciones que reducen la tendencia a la dependencia emocional.
  • Seguridad en la intimidad: se sienten seguros en la intimidad emocional con el otro y son capaces de pedir ayuda cuando se ven desbordados.

Apego inseguro ansioso-ambivalente y dependencia emocional

Las personas con un estilo de apego inseguro-ansioso/ambivalente tienden a experimentar inseguridad y preocupación en sus relaciones. El apego ansioso-ambivalente se forma en la infancia como resultado de las interacciones con adultos cuidadores algo inconsistentes a la hora de dar respuesta a las necesidades del niño, con lo cual la disponibilidad emocional y física del otro se vuelve imprevisible y puede desencadenar en el niño esa búsqueda constante de seguridad y validación en sus relaciones interpersonales.

Algunos de los puntos clave que caracterizan a las personas que desarrollan este estilo de apego y que favorecen que sean más propensas a la dependencia emocional son los siguientes:

  • Necesidad constante de aprobación y validación: tienden a preocuparse por la posibilidad de ser rechazadas o abandonadas. Esto puede llevar a una búsqueda constante de aprobación y validación por parte de los demás.
  • Miedo al abandono o soledad: suelen experimentar un temor constante al abandono. Esta ansiedad puede dar lugar a comportamientos dependientes, ya que la persona busca constantemente la proximidad y el contacto para asegurarse de que no será abandonada.
  • Autoestima vinculada a la relación: tienden a vincular su autoestima de manera significativa a la calidad de sus relaciones desarrollando un autoconcepto inestable.
  • Tendencia a idealizar la relación: pueden idealizar la relación y apegarse rápidamente al otro.

Apego inseguro evitativo y dependencia emocional

Las personas con un apego inseguro evitativo tienden a evitar la intimidad emocional y pueden tener dificultades para confiar plenamente en los demás. Pueden ser independientes y valorar su autonomía, pero también pueden tener dificultades para expresar y recibir afecto.

El apego evitativo se origina en la infancia a través de las experiencias que tiene el niño con unos cuidadores primarios que pueden responder de forma insensible o incoherente a sus necesidades emocionales. Suelen ser personas que fomentan de forma excesiva la autonomía e independencia del niño y que, en cierto modo, pueden llevar al infante a experimentar experiencias de rechazo o crítica, contribuyendo a que este desarrolle estrategias de evitación emocional como mecanismo de defensa.

Algunos de los puntos clave que caracterizan a las personas que desarrollan este estilo de apego y que favorecen que sean menos propensas a experimentar dependencia emocional en sí mismos respecto de otras relaciones son los siguientes:

  • Autosuficiencia excesiva: tienden a desarrollar estrategias de afrontamiento basadas en la autosuficiencia. Prefieren gestionar sus emociones y necesidades por sí mismos en lugar de compartir sus vulnerabilidades con los demás.
  • Dificultad para confiar: pueden tener dificultades para confiar en los demás y compartir sus sentimientos. Esta falta de confianza puede ser una barrera para establecer conexiones emocionales profundas.
  • Desconexión emocional: a menudo se asocia con la desconexión emocional en las relaciones. Las personas pueden mostrar resistencia a involucrarse emocionalmente.
  • Temor a la pérdida de autonomía: pueden temer perder su autonomía si se vuelven demasiado dependientes de otros. Este temor puede llevar a un distanciamiento emocional y a la evitación de situaciones que podrían generar una mayor dependencia.

Aunque, a primera vista, lo lógico sería pensar que personas con este estilo de apego no suelen tener dificultades relacionadas con la dependencia emocional, a menudo, personas con este estilo de apego coinciden con una pareja con un estilo de apego ansioso-ambivalente, por lo que, aunque ellos mismos no sufren de dependencia emocional, pueden vivir relaciones donde la dependencia sea algo muy presente.

Apego inseguro desorganizado y dependencia emocional

Este patrón de apego se caracteriza por comportamientos contradictorios en relación a la figura de apego. Las personas con este estilo de apego suelen experimentar un conflicto interno entre el deseo de intimidad y el miedo al rechazo y pueden alternar entre acercarse y alejarse en sus relaciones.

El apego desorganizado a menudo se asocia con experiencias de cuidado negligente o incluso abusivo por parte de los cuidadores. El niño puede experimentar una desconexión entre la búsqueda de consuelo y la respuesta del cuidador, lo que lleva a una falta de estrategias claras para obtener apoyo emocional.

Es un perfil muy heterogéneo y más complicado de estudiar respecto a la dependencia emocional ya que puede moverse entre los dos polos, pero algunos de los puntos que tienen en común suelen ser los siguientes:

  • Inconsistencia en las respuestas afectivas y patrones desorganizados: las respuestas impredecibles y desorganizadas de los cuidadores pueden generar una falta de seguridad y confusión en el niño y en sus relaciones futuras.
  • Trauma y experiencias amenazantes: a menudo han experimentado situaciones de trauma o eventos amenazantes durante la infancia. Estos eventos pueden generar una sensación de inseguridad y una necesidad de buscar seguridad emocional, lo que puede manifestarse como dependencia emocional.
  • Dificultades en la regulación emocional: pueden experimentar respuestas emocionales desorganizadas y descontroladas, lo que puede llevar a la dependencia emocional como una forma de buscar estabilidad y seguridad en las relaciones.
  • Falta de estrategias coherentes para relacionarse: pueden carecer de estrategias coherentes para lidiar con las relaciones. Esto puede llevar a patrones de comportamiento erráticos y confusos, lo que a su vez puede contribuir a la dependencia emocional como una forma de buscar orientación y apoyo en las relaciones.

Amor y dependencia emocional

El amor, componente central en las relaciones humanas, puede estar vinculado a la dependencia emocional. La naturaleza misma del amor implica una conexión profunda y afectiva con otra persona, lo que puede dar lugar a una cierta forma de dependencia en muchos sentidos. La búsqueda de intimidad y apoyo emocional puede llevar a una interdependencia saludable en las relaciones, donde la confianza y la conexión mutua se fortalecen. Sin embargo, cuando la dependencia emocional se vuelve excesiva, puede manifestarse como una necesidad constante de validación y seguridad por parte del otro, a menudo derivando en un temor a la pérdida y a la soledad.

La dependencia emocional en el amor puede surgir de diversas fuentes, como experiencias pasadas, inseguridades personales o patrones de apego desarrollados durante la infancia. La “falsa” sensación de seguridad que el amor puede proporcionar suele convertirse en un terreno fértil para la dependencia emocional, especialmente cuando las expectativas sobre el otro se vuelven desproporcionadas o cuando la autoestima está vinculada en exceso al afecto recibido.

En última instancia, el equilibrio entre el amor y la independencia emocional es esencial para construir relaciones saludables y sostenibles. El reconocimiento y la comprensión de las propias necesidades emocionales, así como la promoción de la autonomía emocional, son aspectos cruciales para cultivar relaciones sanas y equilibradas.

Tipos de dependencia emocional y ejemplos

A continuación, exploraremos los diversos tipos de dependencia emocional en función del tipo de relación del que estemos hablando. De forma intuitiva suele asociarse la dependencia a las relaciones de pareja porque quizás es el ámbito más estudiado, pero es crucial comprender que este fenómeno puede manifestarse en diferentes contextos interpersonales. 

Dependencia emocional en pareja

En este contexto, la dependencia a menudo se traduce en una constante búsqueda de aprobación y afecto, donde la autoestima y el bienestar emocional dependen en gran medida de la presencia y respuesta de la pareja. Este fenómeno puede generar un desequilibrio en la dinámica de la relación, donde uno de los miembros se vuelve más dependiente, mientras que el otro puede sentirse abrumado por las demandas de atención constantes.

Las relaciones de pareja, a menudo, se convierten en un caldo de cultivo ideal para que surja la dependencia emocional por varias razones que incluyen:

  • Intimidad emocional: compartir emociones, pensamientos y vulnerabilidades puede fortalecer el vínculo afectivo, pero también puede generar dependencia emocional si uno llega a necesitar del otro para satisfacer sus necesidades emocionales.
  • Expectativas y roles sociales: existen expectativas sociales y culturales en torno a la idea de que la pareja debería ser una fuente principal de apoyo emocional. Este ideal puede llevar a percibir a la pareja como la única fuente legítima de consuelo y seguridad emocional.
  • Compromisos a largo plazo: las relaciones de pareja a menudo implican compromisos a largo plazo, como el matrimonio o la convivencia. Estos compromisos pueden intensificar la dependencia emocional, ya que las personas pueden sentirse más ligadas y temerosas de perder la conexión que han construido.
  • Interdependencia económica y logística: las parejas a menudo comparten aspectos prácticos de la vida cotidiana, como el hogar, las finanzas y las responsabilidades familiares. Esta interdependencia puede contribuir a una mayor dependencia, ya que la separación puede percibirse como una amenaza a la estabilidad no solo emocional, sino también logística y económica.
  • Experiencias compartidas: la construcción de una historia compartida y la acumulación de experiencias significativas pueden fortalecer la conexión emocional en una pareja. Sin embargo, si estas experiencias se convierten en el único fundamento de la identidad y el bienestar emocional, la dependencia puede surgir cuando se enfrentan desafíos o cambios en la relación.

La dependencia emocional en relaciones de pareja puede ser alimentada por diversas fuentes, como la inseguridad personal, la falta de autonomía emocional o experiencias previas de abandono. Las personas con tendencias dependientes pueden experimentar un temor constante a la pérdida de la pareja, lo que puede conducir a comportamientos de control o a una evitación del enfrentamiento para evitar conflictos que podrían poner en riesgo la relación.

Es esencial reconocer que la dependencia emocional en relaciones de pareja no solo afecta al individuo dependiente, sino también a la dinámica global de la relación.

Las parejas saludables fomentan la autonomía individual, la comunicación abierta y la construcción de relaciones basadas en el respeto mutuo. La comunicación abierta, el establecimiento de límites saludables y el fomento de la autonomía emocional son clave para contrarrestar patrones de dependencia perjudiciales y construir relaciones más equitativas y satisfactorias. La búsqueda de un equilibrio entre la conexión emocional y la preservación de la individualidad se convierte así en un aspecto fundamental para el crecimiento y la estabilidad de la relación de pareja. La conciencia de estos factores puede ayudar a las parejas a desarrollar dinámicas más equilibradas y resilientes, evitando patrones de dependencia perjudiciales.

Dependencia emocional en la relación madre-hijo

La relación madre-hijo es un tipo de vínculo complejo en relación con la dependencia emocional porque es una relación que de partida se basa en esa dependencia absoluta que tiene el bebé de su madre. Sin embargo, a media que los niños crecen, lo deseable es que puedan ir desarrollando de forma gradual una mayor autonomía física y emocional.

En las primeras fases del desarrollo, la dependencia es esencial para la formación de un apego seguro y favorecer el correcto desarrollo del niño. La relación que se establece entre madre e hijo en este período sienta las bases para la capacidad de establecer relaciones saludables en un futuro.

Algunas características de este tipo de relación que pueden contribuir a la persistencia de esa dependencia emocional en la edad adulta son:

  • Vínculo emocional fuerte: las experiencias compartidas durante la infancia y la adolescencia pueden generar un vínculo emocional muy potente entre madre e hijo.
  • Historia compartida: la historia familiar común puede fortalecer el sentido de pertenencia y conexión entre madre e hijo.
  • Rol de cuidador: de forma general, la madre cumple un rol fundamental en los cuidados durante los primeros años de vida. Este papel puede generar patrones de dependencia que persisten en la vida adulta si no se fomenta de forma adecuada la autonomía.
  • Necesidades emocionales no satisfechas: cuando un adulto ha experimentado carencias emocionales durante la infancia, puede desarrollar cierta dependencia emocional en la edad adulta como forma de compensación.
  • Sobreprotección materna: una madre sobreprotectora puede contribuir al mantenimiento de la dependencia al evitar que su hijo experimente autonomía y tome decisiones independientes.
  • Cambios de vida significativos: en familias en las que ha tenido lugar algún suceso traumático o alteraciones en su dinámica o estructura, puede ocurrir a veces un aumento de dependencia emocional como forma de buscar apoyo y consuelo.

Cuando esta dependencia se mantiene de forma prolongada pueden surgir una serie de conflictos psicológicos tales como: dificultad en la toma de decisiones o resolución de problemas, autoestima vinculada a las relaciones, dificultades a la hora de establecer relaciones interpersonales saludables, problemas para el desarrollo de la identidad propia y la confianza en uno mismo, así como conflictos a la hora de formar una familia propia.

Dependencia emocional en las amistades

Las relaciones de amistad suelen ser vínculos emocionales importantes, sobre todo en el período de la adolescencia y edad adulta temprana. Algunas de las características y aspectos relacionados con la dependencia emocional en las amistades son los siguientes:

  • Confianza: la confianza mutua sin temor al juicio es una de las principales características de una buena relación de amistad. Hay situaciones en las que estas amistades son las únicas personas con las que alguien puede sentirse así y esto puede generar cierta dependencia.
  • Fuente de apoyo: suelen ser fuentes importantes de apoyo emocional. Sin embargo, cuando esa necesidad de apoyo se convierte en excesiva y exclusiva, puede surgir la dependencia emocional.

Sin embargo, la dependencia emocional en relaciones de amistad, más que intrínsecamente relacionado con las características de este tipo de vínculos, suele estar más relacionado con la existencia de carencias emocionales en uno de los miembros. Estas carencias pueden ser:

  • Baja autoestima: las personas con baja autoestima pueden depender en exceso de sus amigos para reforzar su sentido de valía personal, buscando constantemente aprobación y validación externa.
  • Temor a la soledad: pueden estar constantemente buscando la compañía de sus amigos para evitar enfrentar la posibilidad de estar solos. Esto puede conducir a relaciones desequilibradas donde uno depende en gran medida del otro.
  • Evitación del conflicto: pueden evitar conflictos y desacuerdos en sus amistades para evitar la posibilidad de perder el apoyo emocional. Esto puede resultar en una falta de expresión honesta de necesidades y sentimientos, lo que debilita la base de una relación saludable.
  • Falta de límites saludables: las amistades saludables requieren límites equitativos y respeto mutuo. Sin embargo, en relaciones emocionalmente dependientes, los límites pueden ser difusos, y uno de los amigos puede asumir un papel dominante mientras que el otro adopta un papel más sumiso.

Dependencia emocional: síntomas

Algunos de los indicadores o señales que podrían alarmarnos y hacernos pensar que existe un problema de dependencia emocional en nuestras relaciones podrían ser los siguientes:

  • Miedo a la soledad: existencia de miedo intenso a estar solo o ansiedad o malestar ante la soledad.
  • Necesidad constante de aprobación: búsqueda de aprobación y validación externa para poder sentirse válido y aceptado. Esto también puede manifestarse por una influencia excesiva de las opiniones de los demás.
  • Dificultad para tomar decisiones: tener dificultades para tomar decisiones y búsqueda constantemente de orientación y aprobación de los demás.
  • Autoestima inestable: la autoestima tiende a ser inestable y puede estar fuertemente influenciada por la forma en que se es percibido por los demás.
  • Miedo al rechazo: evitación de situaciones que podrían llevar al rechazo e hipersensibilidad a la crítica.
  • Necesidad de control: para mitigar la ansiedad y la inseguridad, pueden adoptar comportamientos de control para asegurarse de que las relaciones se desarrollen de acuerdo con sus expectativas.
  • Dificultades para establecer límites en las relaciones: a veces, pueden quedarse en relaciones tóxicas o abusivas por temor a la soledad o al abandono. Establecer límites saludables puede ser un desafío para aquellos con dependencia emocional.

A continuación, vamos a explorar más a fondo la relación existente entre la autoestima y la ansiedad con los patrones de dependencia emocional.

Autoestima y dependencia emocional

Con autoestima nos referimos a la valoración y percepción que una persona tiene de sí misma. En diversos estudios el tener una baja autoestima correlaciona con la construcción de relaciones basadas en la dependencia emocional.

Las personas con baja autoestima a menudo pueden ser más propensas a la dependencia emocional, ya que pueden experimentar dificultades para sentirse valiosos, amados o aceptados y buscar esa validación en los demás.

Individuos con baja autoestima pueden experimentar un miedo intenso al abandono. Este temor puede llevar a la dependencia emocional, ya que la persona se siente insegura en sus interacciones sociales y busca constantemente la confirmación de que es amada y valorada para sentirse segura en la relación.

La autoestima saludable implica el autocuidado y la capacidad de establecer límites saludables en las relaciones. Las personas con baja autoestima pueden tener dificultades para poner límites y priorizarse a sí mismas, lo que contribuye a la dependencia emocional.

Como existe mucho miedo al rechazo y a la crítica suelen ser personas muy complacientes con los demás y tienden a agradar a todo el mundo, incluso cuando eso supone no tener en cuenta o no respetar sus necesidades. Ese miedo al rechazo y temor a la soledad o el abandono también hace que eviten los conflictos y que se vean bloqueados cuando surge uno.

La dependencia emocional puede generar un ciclo de reforzamiento negativo. La búsqueda constante de validación por parte del otro puede llevar a relaciones desequilibradas, donde la persona con baja autoestima se siente temporalmente mejor cuando es reforzada, pero luego vuelve a surgir el malestar cuando la aprobación se desvanece y aparecen de nuevo conductas de dependencia para contrarrestarlo.

Es importante señalar que una autoestima saludable puede contribuir a establecer relaciones más equilibradas y satisfactorias, pero esto no implica que personas con una buena autoestima estén exentas de experimentar vínculos de dependencia.

Ansiedad por dependencia emocional

Ahora que conocemos algo más de los rasgos y síntomas de la dependencia emocional, podemos analizar cómo esos patrones de comportamiento acaban generando ansiedad, tanto en las personas que dependen como en las personas de las que dependen.

Ese miedo intenso al abandono provoca en sí mismo mucha ansiedad, pero, además, suele traer consigo muchos esfuerzos por evitar esa pérdida de la conexión emocional a toda costa. Estos esfuerzos suelen traducirse en conductas de control hacia el otro que, a su vez, generan ansiedad en ambas partes y cargan la relación de tensiones.

La búsqueda de validación externa de forma constante no siempre es exitosa y se corre el riesgo de entrar en un ciclo en el que el único fin es la aprobación del otro para sentirse valorado y seguro. Cuando esto no ocurre o incluso ocurre lo contrario puede llevar a experimentar una elevada ansiedad.

La dependencia emocional puede llevar a una falta de autonomía y a dificultades en la toma de decisiones por uno mismo. Cuando la vida emocional depende en gran medida de alguien externo, es mucho más complicado tener esa sensación de control y esto puede generar también mucha ansiedad. La sensación de no tener control sobre el propio bienestar emocional puede ser abrumadora.

Fases de la dependencia emocional

Aunque no existe un patrón general o fijo, en muchas ocasiones la construcción de relaciones basadas en la dependencia emocional sigue el siguiente esquema:

  • Encantamiento inicial: sería la fase en la que conocemos a alguien que nos resulta interesante y con el que experimentamos una elevada atracción y conexión emocional. Podemos atribuir a esta persona características basadas en nuestras expectativas e idealizarla pensando que quizás tiene todas esas cosas que a nosotros nos faltan.
  • Integración emocional: poco a poco, vamos conociendo a esa persona más y se va construyendo la confianza. Vemos en esa persona una figura de apoyo incondicional y comenzamos a buscar su validación.
  • Deterioro de la autonomía: empezamos a sacrificar nuestra autonomía en favor de la relación y también porque necesitamos de su consejo a la hora de tomar decisiones importantes.
  • Miedo al abandono: a medida que la relación avanza también crece el miedo a que todo se acabe. Este miedo lo único que hace es reforzar todos los patrones de dependencia.
  • Ciclo de idealización y desilusión: suele desarrollarse un círculo vicioso en el que idealizamos a esa persona y esperamos unas cosas de ella que eventualmente no coinciden con la realidad. Sin embargo, esa desilusión nos lleva a tratar de restaurar la conexión idealizada en lugar de ajustar nuestras expectativas.
  • Patrones de comportamiento destructivo: la dependencia emocional, a menudo, trae consigo multitud de conductas destructivas como la manipulación, el control excesivo o las demandas constantes de atención. Por otro lado, el depender de alguien también puede contribuir a que se toleren comportamientos desajustados o perjudiciales.

Consecuencias de la dependencia emocional

Las relaciones marcadas por la dependencia emocional pueden tener consecuencias diversas sobre las personas que han vivido inmersas en ellas. Estas podrían ser algunas de ellas:

  • Deterioro de la salud emocional y mental: a menudo enfrentan un aumento significativo en el estrés, la ansiedad y la depresión debido a la naturaleza insalubre y desequilibrada de sus relaciones.
  • Aislamiento social: la dependencia emocional puede llevar a un aislamiento gradual del resto de personas externas a la relación en cuestión.
  • Pérdida de la identidad personal: La identidad de la persona dependiente puede fusionarse tanto con la de la persona de la que depende que pierde su sentido de sí misma y sus propios intereses.
  • Ciclo de relaciones inestables: las relaciones marcadas por la dependencia emocional pueden experimentar ciclos repetitivos de ruptura y reconciliación.
  • Deterioro de la autoestima: la autoestima de la persona dependiente puede sufrir considerablemente, ya que está vinculada de manera desproporcionada a la aprobación y validación del otro.
  • Imposibilidad de crecimiento personal: la dependencia emocional puede obstaculizar el crecimiento personal y el desarrollo individual, ya que la persona dependiente puede evitar tomar decisiones que favorezcan su autonomía.
  • Ruptura dolorosa: si la relación llega a su fin, ya sea por elección mutua o unilateral, la persona dependiente puede experimentar un dolor significativo y una sensación de pérdida abrumadora debido a la fuerte conexión emocional.
  • Repetición de patrones en relaciones futuras: las personas que han experimentado dependencia emocional pueden estar en riesgo de repetir patrones similares en relaciones futuras si no abordan las raíces subyacentes de su dependencia.

Tratamiento de la dependencia emocional

El tratamiento a nivel psicológico de la dependencia emocional suele implicar: abordar las posibles causas subyacentes a esta dependencia, ayudar a cambiar patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales y fomentar la autonomía emocional de la persona afectada dotándole de herramientas y habilidades de afrontamiento, técnicas para manejar la ansiedad, mejorando su autoestima y ayudando a establecer límites saludables en sus relaciones.

Ejercicios y actividades para superar la dependencia emocional

Abordar y superar la dependencia emocional es un proceso gradual que implica trabajo a nivel psicológico profundo. Algunos ejercicios y actividades útiles podrían ser:

  • Diario de pensamientos y emociones: llevar un diario donde queden registrados los pensamientos y emociones que surgen en diferentes situaciones puede ser útil para ser consciente de nuestros patrones de comportamiento.
  • Identificación de creencias irracionales: identificar y anotar creencias irracionales relacionadas con el mundo de las relaciones interpersonales y cuestionar su validez remplazándolas por pensamientos más realistas y saludables.
  • Listado de logros personales: crear una lista de logros personales independientes de nuestras relaciones incluyendo metas profesionales, logros académicos o actividades satisfactorias.
  • Actividades individuales: dedicar tiempo a actividades y pasatiempos de forma individual puede contribuir a fortalecer la identidad personal.
  • Establecimiento de límites: hacer una lista de los límites que nos gustaría tener en nuestras relaciones con las cosas que estamos dispuestos o no a aceptar y establecer cómo vamos a favorecer que estos límites se respeten.
  • Kit de emergencia emocional: crear una lista de actividades y estrategias que nos ayuden a manejar emociones intensas sin necesidad de depender de otra persona para poder regularnos.
  • Construcción de redes de apoyo: identificar otras personas que puedan ser recursos durante momentos difíciles para no volcar siempre nuestras necesidades sobre la misma persona.
  • Planificación del futuro: establecer metas personales y profesionales fomenta la creación de un plan de vida independiente centrado en el crecimiento personal.

¿Cómo saber si tengo dependencia emocional?

Algunas de las señales de que puedes estar experimentando dependencia emocional en tus relaciones son: la necesidad constante de aprobación y validación, el miedo intenso a la pérdida de la relación o el anteponer las necesidades de los demás a las tuyas. También, si notas un patrón de relaciones inestables con ciclos de idealización y desilusión, es importante considerar la posibilidad de estar sufriendo dependencia emocional.

¿Cómo ayudar a una persona con dependencia emocional?

Ofrece apoyo comprensivo y sin juicio a tu ser querido, fomenta la comunicación abierta sobre sus emociones y necesidades. Anima a esta persona a buscar ayuda profesional, como terapia psicológica, y ofrece acompañamiento en ese proceso. Anímale a participar en actividades individuales y de desarrollo personal. La empatía y la paciencia son clave, pero recuerda que la responsabilidad principal de superar la dependencia emocional recae en la persona afectada.

¿Cómo superar una ruptura con dependencia emocional?

Enfócate en cuidar tu bienestar emocional mediante actividades individuales y de autocuidado. Establece límites claros para evitar la tentación de recaer en patrones antiguos. Busca apoyo de amigos, familiares o profesionales para compartir tus sentimientos. Practica la aceptación de la situación y trabaja en la construcción de tu autonomía emocional, recordando que la superación llevará tiempo y esfuerzo.

¿Puedo superar la dependencia emocional y seguir a su lado?

Sí, es posible superar la dependencia emocional con el tiempo y el esfuerzo adecuados y seguir junto a esa persona. Sin embargo, la decisión de permanecer juntos dependerá de diversos factores, incluyendo el progreso individual de cada uno y la salud de la relación. La terapia puede ser un recurso valioso para ambos en este proceso, proporcionando apoyo y herramientas para el crecimiento personal y la mejora de la relación.

Reflexión final sobre la dependencia emocional. Conclusiones.

Como hemos visto a lo largo del artículo, la dependencia emocional es un fenómeno complejo y multidimensional que puede manifestarse de diversas formas y en distintos tipos de relaciones.

La conexión entre los patrones de apego establecidos durante la infancia y el desarrollo de relaciones de dependencia en la vida adulta resalta la importancia de las experiencias vividas en la niñez a la hora de establecer relaciones saludables en la vida adulta. Este vínculo entre apego y dependencia emocional subraya la necesidad de intervenciones que no solo se enfoquen en los síntomas actuales evidentes, sino que también exploren las posibles raíces tempranas del problema.

Al profundizar en la relación entre el amor y la dependencia emocional, se destaca la importancia de fomentar relaciones basadas en la autonomía y el respeto mutuo y la necesidad de redefinir el concepto clásico de amor, alejándonos de visiones idealizadas clásicas y promoviendo conexiones que permitan el crecimiento individual.

Diferenciar los tipos de dependencia emocional en las distintas relaciones que tenemos a nuestro alrededor nos ofrece una visión más detallada de cómo este fenómeno puede manifestarse en diferentes contextos y por qué algunos tipos de relación son más propensos a sufrirla que otros. Poder identificar los síntomas de la dependencia emocional proporciona una guía útil para reconocer estos patrones en nuestro día a día.

La relación existente entre la dependencia emocional, la autoestima y la ansiedad revela la importancia de fortalecer la confianza en uno mismo como factor protector y estrategia fundamental para mejorar la salud emocional.

Analizar las fases por las que suele pasar una persona hasta volverse dependiente y las consecuencias que esto conlleva, tanto para esa persona como para sus relaciones, destaca la necesidad de intervenciones preventivas y de apoyo para mitigar los efectos negativos a largo plazo.

Por último, destacar que ofrecer información sobre el tratamiento psicológico y dar recomendaciones prácticas brinda herramientas concretas para quienes buscan superar la dependencia emocional, promoviendo así un camino hacia la salud mental y emocional.

BIBLIOGRAFÍA

Ainsworth, M. D. S., Blehar, M. C., Waters, E., & Wall, S. (1978). Patterns of attachment: A psychological study of the Strange Situation. Erlbaum.

Beattie, M. (2023). Codependent no more: How to stop controlling others and start caring for yourself. Editorial Pan Macmillan.

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Main, M., & Solomon, J. (1990). Procedures for identifying infants as disorganized/disoriented during the Ainsworth Strange Situation. In M. T. Greenberg, D. Cicchetti, & E. M. Cummings (Eds.), Attachment in the preschool years: Theory, research, and intervention (pp. 121-160). University of Chicago Press.

Norwood, R. (2004). Women who love too much. Editorial Arrow.

Real Academia Española. (2022). Dependencia. En Diccionario de la lengua española.

Escrito por...

psicologa en zaragoza

Laura Berdún Udina

Soy Psicóloga General Sanitaria y Orientadora Educativa, especializada en Intervención con Parejas y Trastornos Emocionales y de Conducta. Experta en Psicología Infantojuvenil y en Intervención en Autoestima. Comprometida y empática, mi dedicación al bienestar emocional me ha llevado al mundo de la divulgación en redes. En mi consulta privada trabajo tanto en terapia individual como familiar y de parejas. Además, colaboro con centros vinculados con la infancia, llevando mi experiencia a la intervención en edades tempranas.
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