Terapia de pareja: Qué es, para qué sirve y cuándo debemos ir

Terapia de pareja: Qué es, para qué sirve y cuándo debemos ir

¿Te has preguntado alguna vez cómo puedes mejorar tu relación de pareja? En este artículo, exploraremos el fascinante mundo de la terapia de pareja, una herramienta poderosa para fortalecer las relaciones y resolver problemas.

Índice de contenidos

Descubrirás qué es la terapia de pareja, para qué sirve y cómo puede ayudarte a manejar los conflictos de una manera más constructiva. También compartiremos claves esenciales para mantener una relación sana y mucho más. ¡Sigue leyendo y encontrarás las respuestas que necesitas!

¿Qué es la terapia de pareja y para qué sirve?

La terapia de pareja es un enfoque terapéutico diseñado para ayudar a las parejas a abordar y resolver los desafíos y conflictos que puedan estar afectando su relación.

En qué consiste la terapia de pareja

El proceso en terapia de pareja comienza con una evaluación inicial en la que el terapeuta obtiene una comprensión profunda de la historia y dinámica de la pareja, así como los problemas que están atravesando en el momento actual.

A partir de esta evaluación inicial, se establecen objetivos terapéuticos que guiarán la dirección del tratamiento y se irán revisando y ajustando cuando sea necesario. Durante las sesiones, el terapeuta facilita la exploración y comunicación abierta y honesta entre los miembros de la pareja de los patrones negativos de comunicación y comportamiento que han contribuido a las dificultades presentes y desarrolla habilidades prácticas para la resolución de conflictos, la comunicación asertiva y la empatía.

A lo largo de las sesiones, se revisa el progreso desde la última cita, se exploran temas actuales que generan preocupación, se trabaja en línea con los objetivos establecidos y se ajustan según sea necesario. Además, se continúa explorando los patrones de pensamiento, emoción y comportamiento que influyen en la dinámica de la pareja.

Al concluir cada sesión, se realiza un resumen de los temas discutidos y se pueden asignar tareas o ejercicios específicos para que la pareja practique entre sesiones. Estas actividades fomentan la participación activa de ambos miembros de la pareja y permiten la aplicación práctica de las estrategias aprendidas en el contexto de su relación cotidiana.

Con el tiempo, la pareja consolida los avances y practica las habilidades adquiridas, enfrentando desafíos con las nuevas herramientas. Finalmente, se aborda el cierre del tratamiento y se establece un plan de mantenimiento a largo plazo, donde la pareja se compromete a seguir aplicando las habilidades y estrategias aprendidas en su vida cotidiana.

Objetivos de la terapia de pareja

El objetivo principal de la terapia de pareja es mejorar la relación entre los miembros de la pareja y ayudar a ambos a que lleguen a un punto en el que sean capaces de tomar la decisión más saludable para cada uno de ellos. Para conseguir llegar a esto se trabajan distintos objetivos específicos en función de las dificultades apreciadas en la pareja:

  • Aumentar las interacciones positivas en pareja: incentivar a la pareja a realizar actividades de disfrute conjunto, entrenar en observar lo positivo del otro y reconocer sus esfuerzos.
  • Disminuir las interacciones negativas en pareja: reducir comportamientos destructivos y enseñar técnicas para manejar las diferencias individuales.
  • Entrenar en habilidades de comunicación y negociación: enseñar a escuchar de forma activa al otro, ayudar a expresar necesidades y sentimientos de forma clara y respetuosa y guiar en el proceso de llegar a acuerdos mutuos.
  • Fortalecer el vínculo emocional de la pareja: incrementar la intimidad emocional y crear rutinas de conexión.
  • Modificar creencias que puedan estar dañando la relación: identificar expectativas y atribuciones disfuncionales y trabajar en desarrollar una visión más positiva y realista de la relación.

Beneficios de la terapia de pareja

La terapia de pareja ofrece una amplia gama de beneficios, tanto para parejas en crisis como para aquellas que desean profundizar y fortalecer su relación.

Esta forma de terapia se centra en mejorar la comunicación, fomentar la comprensión mutua y fortalecer los vínculos emocionales entre los miembros de la pareja. A continuación, se detallan algunos de sus beneficios:

  • Mejora de la comunicación  La terapia ayuda a las parejas a aprender y practicar habilidades de comunicación, como escuchar activamente, expresar sentimientos de manera constructiva y evitar la escalada de conflictos. Esto no solo reduce los malentendidos, sino que también facilita una interacción más fluida y armoniosa entre ambos.
  • Fortalecimiento del vínculo emocional  La terapia puede ser crucial para recuperar la conexión emocional, especialmente cuando la relación ha caído en la rutina o el aburrimiento. Al promover momentos de intimidad y ocio compartidos, las parejas pueden reconstruir su vínculo emocional y revitalizar su relación.
  • Reparación y construcción de la confianza  La terapia proporciona un espacio seguro para abordar y trabajar la confianza rota a causa de celos o infidelidades. A través de este proceso, las parejas pueden sanar y construir una relación nueva, basada en la transparencia y la confianza renovada.
  • Apoyo en la crianza de los hijos  La terapia también puede ser beneficiosa para las parejas con hijos, ayudándoles a alinear sus estilos de crianza. Esto favorece un ambiente familiar más armonioso, donde ambos padres trabajan en conjunto para el bienestar de sus hijos.

El papel del terapeuta en la terapia de pareja

El papel del terapeuta en la terapia de pareja es fundamental para el éxito del proceso terapéutico. El terapeuta tiene la responsabilidad de crear un espacio seguro y de confianza donde ambos miembros de la pareja puedan explorar y abordar sus problemas de manera efectiva. Para ello, se adopta siempre una postura de absoluta neutralidad, sin tomar partido por ninguno de los miembros de la pareja, para que ambos se sientan igualmente escuchados y comprendidos.

Desde las primeras sesiones, el terapeuta trabaja en la creación y mantenimiento de una buena alianza terapéutica con cada miembro de la pareja, prestando especial atención a los momentos de desconexión y trabajando para reconectarlos, asegurando que ambos se sientan comprometidos y apoyados. Un aspecto crucial que tenemos en cuenta es ser hábiles en identificar, explicitar y reformular las emociones que surgen durante las sesiones. Ayudar a los miembros de la pareja a comprender y manejar sus emociones facilita el tránsito hacia una comunicación más efectiva y una mayor comprensión mutua.

Como terapeuta de pareja, también es de gran utilidad ser hábil en reestructurar las interacciones entre los miembros de la pareja, observando los patrones de comportamiento y comunicación que generan conflictos y trabajando para transformarlos en interacciones más constructivas y saludables.

Selección y decisión en las relaciones de pareja

La elección de pareja es un proceso complejo influenciado por una variedad de factores que van más allá de la mera atracción física. En esta sección, exploraremos los diversos aspectos que influyen en la decisión de formar una relación y qué elementos deberíamos tener en cuenta para hacer una buena elección de pareja.

Factores que influyen en la elección de pareja

Existen multitud de factores que pueden influir en la elección de pareja, algunos de ellos más conscientes y quizás otros no tanto, pero, de forma general, podríamos incluir:

  • Atracción física: la atracción física juega un papel importante en la elección de pareja. La apariencia física puede ser un factor inicial de atracción que influye en la decisión de entablar una relación romántica.
  • Personalidad y características individuales: las personas tienden a buscar parejas que tienen rasgos de personalidad y características que encuentran atractivas o compatibles.
  • Valores y creencias: la compatibilidad en términos de valores y creencias es importante para muchas personas al elegir una pareja. Compartir valores similares puede fortalecer la conexión emocional y la comprensión mutua.
  • Contexto cultural y social: el contexto cultural y social en el que una persona se encuentra puede influir en sus preferencias y expectativas en cuanto a la elección de pareja. Las normas culturales y las expectativas sociales pueden desempeñar un papel significativo en la forma en que se perciben las relaciones románticas y en cómo se seleccionan las parejas.
  • Experiencias pasadas y bagaje emocional: las experiencias pasadas y el bagaje emocional de una persona pueden influir en sus preferencias y decisiones en términos de pareja.
  • Necesidades emocionales y psicológicas: las personas pueden buscar parejas que satisfagan sus necesidades emocionales y psicológicas, como el apoyo emocional, la compañía, la seguridad y la intimidad emocional.

 

Teorías sobre la elección de pareja

En psicología, existen distintas teorías y enfoques que intentan explicar cómo hacemos la elección de nuestra pareja. Algunas de las teorías más conocidas incluyen:

  • Teoría del intercambio social: esta teoría, desarrollada por Thibaut y Kelley en la década de 1950, sugiere que las personas evalúan las relaciones interpersonales en términos de costos y beneficios. Según esta perspectiva, las personas eligen parejas que ofrecen beneficios superiores a los costos asociados con la relación.
  • Teoría de la selección sexual: propuesta por Charles Darwin, esta teoría sugiere que los individuos, de forma algo inconsciente, eligen parejas en función de ciertas características que indican una alta aptitud genética.
  • Teoría de la complementariedad: esta teoría sugiere que las personas buscan parejas que complementen sus propias características y rasgos de personalidad. Por ejemplo, una persona introvertida puede buscar una pareja extrovertida para equilibrar su propia naturaleza.
  • Teoría de la homogamia: esta teoría sugiere que las personas tienden a elegir parejas que comparten características similares con ellos mismos. Esto puede incluir similitudes en términos de personalidad, intereses, valores, antecedentes familiares, nivel socioeconómico, religión, educación, entre otros aspectos.

 

Cómo hacer una buena elección de pareja

Actualmente, en nuestra cultura occidental, lo más habitual es que las personas elijan a sus parejas durante la fase inicial del enamoramiento. Este periodo, caracterizado por una intensa atracción, está fuertemente influenciado por la química cerebral, en particular por neurotransmisores como la dopamina y la oxitocina. Estas sustancias nos hacen sentir eufóricos y profundamente conectados con la otra persona. Sin embargo, esta fase, si bien es maravillosa, puede nublar nuestro juicio y llevarnos a tomar decisiones basadas en emociones intensas y no en la compatibilidad con el otro a largo plazo.

El enamoramiento inicial puede llevarnos a idealizar a nuestra pareja, pasando por alto o minimizando sus defectos y exagerando sus virtudes. Esta visión distorsionada puede formar una relación basada en expectativas poco realistas. Además, es fácil ignorar o justificar comportamientos que podrían ser problemáticos a largo plazo. Las diferencias en valores, metas de vida y comportamientos negativos pueden pasar desapercibidas durante esta etapa. A menudo, esta fase inicial no permite conocer profundamente a la otra persona, por lo que decisiones importantes de vida pueden no haberse discutido adecuadamente.

Para hacer una buena elección de pareja, es esencial tomarse el tiempo necesario para conocer realmente a la otra persona. Permitir que la fase de enamoramiento evolucione hacia una relación más estable y madura antes de tomar decisiones importantes es crucial. Fomentar una comunicación abierta y honesta desde el principio sobre expectativas, valores y objetivos de vida ayuda a asegurarse de que ambos están en la misma página y pueden manejar las diferencias de manera constructiva.

Conocer a la pareja en diversos contextos y situaciones proporciona una visión más completa de su comportamiento y personalidad. Asegurarse de que hay una alineación en los valores fundamentales y las metas a largo plazo es fundamental. Observar y evaluar cómo ambos manejan los conflictos y desacuerdos también es importante.

Una pareja debe ser un apoyo mutuo para el crecimiento personal y profesional, respetando los intereses y las metas individuales de cada uno. Las personas y las circunstancias cambian con el tiempo, por lo que es importante reevaluar periódicamente la relación y asegurarse de que sigue siendo saludable y satisfactoria para ambos.

En definitiva, elegir una pareja no es una decisión que deba tomarse a la ligera o solo bajo el influjo del enamoramiento inicial. Requiere tiempo, comunicación y una evaluación consciente de la compatibilidad y los valores compartidos. Al hacer una elección informada y reflexiva, se sientan las bases para una relación duradera y satisfactoria, capaz de enfrentar los desafíos y crecer con el tiempo.

Mitos del amor romántico

Con amor romántico nos referimos a la idealización de las relaciones de pareja caracterizada por la creencia en la existencia de un amor perfecto y predestinado, libre de conflictos y desafíos. El amor, tal y como ha sido comúnmente entendido en la cultura popular occidental, está lleno de mitos que pueden distorsionar nuestras expectativas y percepciones sobre las relaciones de pareja.

A continuación, exploraremos algunos de los mitos más comunes del amor romántico y cómo afectan a nuestra visión del amor y las relaciones de pareja.

Cuáles son los mitos del amor romántico

Existen muchos mitos en torno al amor romántico, pero aquí reflejaremos algunos de los más comúnmente extendidos:

  • La existencia de un “alma gemela” o “media naranja”. En una relación de pareja no somos o no deberíamos ser dos mitades que se complementan, sino dos individuos completos que eligen compartir su vida. Los peligros derivados de este mito radican en tener la idea de que sin otra persona no podemos estar completos.
  • El “príncipe azul” y la “princesa maravillosa”. El encontrar a alguien perfecto también te convierte a ti en perfecto. Este mito se establece en base a la creencia de que existe alguien perfecto, lo cual es del todo incierto.
  • Equivalencia entre enamoramiento y amor. El enamoramiento es un fenómeno psicológico que poco tiene que ver con el amor. El amor va más allá de esas sensaciones iniciales, se trata de una elección consciente.
  • Los celos son signo de amor. Es un error romantizar los celos. Las conductas celotípicas no son saludables y la base de una relación siempre debe ser la confianza.
  • El amor todo lo puede. El amor no puede con todo. Para disfrutar de una relación sana no basta con que exista amor. Debemos tener habilidades para hacer frente a las dificultades que puedan presentarse.
  • Una relación sana carece de conflictos. Todas las relaciones, incluso las más saludables, atraviesan momentos complicados y desacuerdos. La diferencia principal reside en el carácter constructivo de esos conflictos.
  • Las relaciones verdaderas no requieren esfuerzo. Es un error pensar que el hecho de que tengas que esforzarte en tu relación y que haya cosas, que a ti o a tu pareja, no os salgan de forma natural implique que quizás la relación no funcione. En una relación siempre hay que esforzarse.

Fases y Dinámicas de la Relación de pareja

En este apartado, exploraremos dos aspectos fundamentales de las relaciones de pareja. En primer lugar, analizaremos las diferentes fases que una relación suele atravesar a lo largo del tiempo y, en segundo lugar, discutiremos las dinámicas comunes que pueden surgir en las relaciones de pareja, proporcionando una visión más profunda de cómo interactúan y evolucionan las parejas en su día a día.

Fases de una relación de pareja

Las relaciones de pareja pueden atravesar diferentes fases a lo largo del tiempo y, aunque estas etapas no son universales ni inmutables, muchas parejas experimentan un recorrido similar. A continuación, exploraremos cuatro fases comunes que las parejas suelen atravesar: el enamoramiento o luna de miel, el establecimiento de la relación, el estancamiento y la separación o ruptura.

Fase del enamoramiento o “luna de miel”

La primera fase de una relación a menudo comienza con el enamoramiento inicial que comentábamos con anterioridad. Durante este periodo, las parejas experimentan una profunda atracción y una conexión intensa. Los niveles elevados de dopamina y oxitocina generan sentimientos de euforia, alegría y una fuerte necesidad de estar cerca del otro. En esta etapa, es común idealizar a la pareja, enfocándose en sus cualidades positivas y minimizando los defectos. Los momentos compartidos son emocionantes y llenos de descubrimientos, y se crea una base de recuerdos felices y significativos.

Sin embargo, esta fase también puede nublar el juicio, haciendo que algunas parejas tomen decisiones precipitadas basadas en la emoción del momento.

Fase del establecimiento de la relación

Con el tiempo, la intensidad del enamoramiento inicial disminuye y la relación entra en una fase de estabilidad. Aquí, la pareja comienza a conocerse de manera más realista y profunda. Se establecen rutinas y hábitos compartidos, y se empiezan a tomar decisiones importantes sobre el futuro conjunto, como la convivencia, el matrimonio o la decisión sobre tener o no hijos. Esta etapa requiere que exista una comunicación abierta y honesta para negociar roles, expectativas y resolver conflictos. La capacidad de adaptarse y comprometerse es crucial para fortalecer la relación y construir una base sólida.

Fase del estancamiento de la relación

Algunas relaciones pueden llegar a una fase de estancamiento, donde la emoción y la novedad disminuyen considerablemente. Las rutinas pueden volverse monótonas y la conexión emocional puede debilitarse. En esta etapa, es común que surjan conflictos no resueltos y que la comunicación se vuelva menos efectiva. Las parejas pueden sentir que han perdido la chispa inicial y que la relación se ha vuelto una carga. Sin embargo, esta fase no necesariamente significa el fin de la relación. Con esfuerzo y dedicación, las parejas pueden revitalizar su conexión, redescubrir intereses comunes y trabajar juntos para superar sus dificultades.

Dinámicas habituales en las relaciones de pareja

Seguidamente, examinaremos tres dinámicas problemáticas de pareja bastante frecuentes. Comprender estas dinámicas nos ayudará a identificar patrones de comportamiento, mejorar la comunicación y fortalecer la conexión entre los miembros de la pareja.

Dinámica perseguidor-perseguido

En esta dinámica de pareja observamos que existe un miembro con un funcionamiento algo más ansioso, “el perseguidor”, mientras que el otro muestra una tendencia más evitativa “el perseguido”.  

Se generarán situaciones en los que el perseguidor perciba una pérdida de la conexión emocional con el otro y reaccione activamente tratando de reestablecer la comunicación y la cercanía. Esta búsqueda de conexión puede manifestarse a través de preguntas insistentes, intentos de acercamiento o incluso reproches. El objetivo principal del perseguidor es restaurar el vínculo emocional que siente que se está perdiendo.

Por su parte, el perseguido, reacciona a estos intentos de acercamiento replegándose. Este comportamiento de retirada es una forma de autoprotección, tanto para sí mismo como para la relación. El perseguido puede sentirse abrumado por la intensidad de la demanda emocional del perseguidor y, en consecuencia, se distancia para evitar un conflicto mayor o una sobrecarga emocional.

Esta dinámica puede llevar a un ciclo de protesta y retirada. El perseguidor protesta ante la pérdida del vínculo y la falta de respuesta del perseguido, mientras que el perseguido se retira aún más ante la insistencia del perseguidor, perpetuando así el ciclo de desconexión y frustración.

Dinámica de evitación del conflicto

Otra dinámica común en las relaciones de pareja es la de evitar el conflicto. En estas relaciones, ambos miembros suelen adoptar un enfoque de evitar enfrentamientos y desacuerdos, con la intención de mantener la armonía y la paz. Aunque esto puede parecer beneficioso a corto plazo, a largo plazo conlleva la reducción del grado de intimidad entre la pareja y a la acumulación de resentimiento.

Las parejas que evitan el conflicto a menudo hacen grandes esfuerzos para no discutir, eludiendo temas delicados o postergando conversaciones difíciles. Pueden reprimir sus sentimientos negativos, prefiriendo ceder ante las demandas del otro o simplemente ignorar los problemas con la esperanza de que desaparezcan por sí solos. Esta evitación puede crear una falsa apariencia de paz y estabilidad en la relación, pero no aborda las tensiones subyacentes.

Con el tiempo, la falta de resolución de conflictos puede resultar en una desconexión emocional entre los miembros de la pareja. Al no expresar sus verdaderos sentimientos y necesidades, ambos pueden comenzar a sentirse incomprendidos y solos. La acumulación de emociones no expresadas puede llevar a explosiones repentinas de ira o frustración, que a menudo parecen desproporcionadas en relación al problema inmediato.

Además, la evitación constante del conflicto puede impedir el crecimiento personal y relacional. Las discusiones y los desacuerdos, cuando se manejan de manera saludable, pueden ser oportunidades para que las parejas se comprendan mejor, negocien soluciones y fortalezcan su vínculo. Al evitar estas oportunidades, las parejas pueden perder la capacidad de desarrollar habilidades de resolución de problemas y de comunicarse de manera efectiva.

Dinámica reactiva

En las parejas con dinámicas reactivas, la relación está marcada por la presencia constante de la crítica, el desprecio, la actitud defensiva y la victimización. Estas relaciones suelen estar cargadas de tensión y conflicto, donde las interacciones negativas son frecuentes y a menudo se intensifican rápidamente.

En lugar de abordar los problemas de forma constructiva, se crea un ambiente hostilidad y resentimiento marcado por burlas, insultos o tono de voz condescendiente. En lugar de asumir la responsabilidad de sus acciones o errores, los miembros de la pareja reaccionan defendiéndose y justificándose, a menudo desviando la culpa hacia el otro. Esto impide la resolución de conflictos y perpetúa el ciclo de negatividad.

La victimización es otro patrón común en las parejas reactivas. Cada miembro puede verse a sí mismo como la víctima y al otro como el agresor, lo que impide la empatía y la comprensión mutua. Esta actitud puede llevar a una escalada de conflictos, donde ambos se sienten incomprendidos y atacados.

La combinación de estos comportamientos crea una espiral negativa que es difícil de romper. Las interacciones se vuelven cada vez más destructivas, y la relación se sumerge en un ciclo de conflicto constante. Para superar esta dinámica, es esencial que las parejas reconozcan estos patrones y trabajen conscientemente para cambiarlos.

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Conflictos y desafíos de pareja: cómo resolverlos

En cualquier relación de pareja, los conflictos o desafíos son inevitables. Sin embargo, una relación de pareja satisfactoria no es aquella que no tiene ningún problema, sino en la que la sensación general de ambos miembros es positiva, es decir, que hay algo que les compensa.

En este apartado, exploraremos los diferentes tipos de dificultades que pueden surgir en una pareja y cómo el miedo al conflicto puede afectar la dinámica relacional. Además, discutiremos técnicas efectivas para mediar en los conflictos, estrategias para resolverlos y consejos para evitarlos en la medida de lo posible.

Cómo mediar en un conflicto de pareja

El primer paso para mediar en un conflicto es establecer un acuerdo mutuo. En este contexto, es útil distinguir entre áreas flexibles e inflexibles. Las áreas inflexibles están relacionadas con las necesidades más profundas, son aquellas que no estamos dispuestos a cambiar, mientras que las áreas flexibles son aspectos negociables. En lugar de centrarse únicamente en lo inflexible, es fundamental identificar en qué cosas podemos ceder nosotros mismos. Así, podemos encontrar puntos de acuerdo y avanzar hacia una resolución.

Otro punto interesante a la hora de mediar en un conflicto sería la regulación y co-regulación del otro, que hace referencia a la capacidad para bajar el nivel de activación y reducir la reactividad durante una disputa. Las técnicas de regulación ayudan a detectar nuestros propios patrones de alteración, identificar qué los produce y desarrollar herramientas para manejarlos. De esta forma podemos abordar los conflictos de manera más calmada y efectiva.

Las habilidades de comunicación son esenciales para mediar en los problemas de pareja. Según la teoría de la comunicación humana a la hora de transmitir un mensaje existen dos niveles, uno de contenido y otro emocional. Es ese nivel emocional el que realmente permite interpretar los mensajes que recibimos, es decir, las palabras en sí mismas no son tan relevantes como la emoción que las acompaña. Por lo tanto, la comunicación tiene también un papel crucial en la regulación emocional.

En algunos momentos en los que el nivel de desregulación emocional es muy alto, es aconsejable romper la comunicación. Cuando mantenemos una conversación totalmente desregulados pueden surgir aspectos de los que luego no estemos orgullosos. Lo ideal en estas ocasiones es pactar un tiempo de distanciamiento para calmarse y retomar el tema más adelante.

Cómo mediar en un conflicto de pareja

Reparar o arreglar lo sucedido tras un conflicto es un paso crucial y muchas veces pasado por alto por las parejas, pero es fundamental para el futuro de la relación. Consiste en regular nuestras propias emociones y acercarnos al otro desde un lugar de calma y comprensión para comprender qué hay detrás de los problemas para cada uno. Para lograr esto, es importante que cada uno tenga su turno para explicarse y el otro, una vez que termine, pueda realizar preguntas y viceversa. Tras esa conversación lo ideal es reflexionar sobre qué se ha comprendido de lo que el otro ha transmitido.

Para facilitar la reparación, este tipo de intervención puede realizarse siguiendo los siguientes pasos:

  • Expresar sentimientos: se trata de explicar los sentimientos que se experimentaron durante la discusión y permitir al otro que haga lo mismo.
  • Describir realidades: cada uno debe describir su percepción sobre la situación y validar la perspectiva de su pareja.
  • Identificar detonantes: reflexionar sobre qué pudo precipitar la pelea y qué experiencias previas podrían haber influido en la reacción de cada uno.
  • Aceptar responsabilidades: reconocer qué parte de la situación puede asumir cada uno y en qué puntos se podría haber actuado de manera diferente.
  • Plan de reconstrucción: se trata de planear juntos cómo se podría enfrentar la situación de forma más constructiva en el futuro.

Cómo evitar conflictos con tu pareja

En lugar de ver los conflictos como algo negativo, es importante entender que son parte natural de cualquier relación y, en muchos casos, son deseables. Los conflictos resueltos pueden profundizar la conexión con nuestra pareja y darnos la oportunidad de conocer y aceptar a la persona real detrás de la versión idealizada del enamoramiento.

Los desafíos en pareja pueden ser ocasiones para comprender y reparar el pasado, profundizar en la relación y explorar los patrones relacionales implícitos aprendidos en la infancia. Es importante verlos como oportunidades de crecimiento y no como obstáculos insuperables.

Para convertir los conflictos en oportunidades de crecimiento, es fundamental adoptar un enfoque constructivo. Algunas pautas útiles a la hora de evitar que un conflicto se convierta en algo extremadamente desagradable serían: quejarse de una acción o hecho concreto, en lugar de criticar o echar la culpa al otro, empezar las frases con “yo necesitaría…” o “a mí me molesta…” en lugar de “es que tú…”, expresarse con claridad, sin guardar cosas que puedan generar un resentimiento futuro, ser amable con el otro y expresar gratitud incluso en los momentos de tensión.

Infidelidad en la relación

La infidelidad representa una de las crisis por excelencia en el proyecto de pareja. Se trata de una situación que obliga a ambas partes a confrontar y reevaluar la naturaleza y futuro de su vínculo. Es importante abordar este tema sin hacer juicios morales, ya que la infidelidad puede ocurrir en todo tipo de relaciones y afectar a personas de cualquier origen, religión o moralidad, incluyendo aquellas que han sufrido infidelidades previas o que han criticado este comportamiento en otros.

En este apartado abordaremos el principal desafío tras una infidelidad, perdonar y recuperar la confianza en el otro. La traición no solo hiere a la persona afectada, sino que también pone en juego la integridad del proyecto de pareja, requiriendo un esfuerzo considerable por ambos miembros para sanar y reconstruir la relación sobre nuevos fundamentos de confianza y compromiso. Se trata de una tarea nada sencilla, pero que puede verse apoyada con un proceso de terapia de pareja de la mano de un profesional.

Infidelidad en la relación

El perdón tras una infidelidad es un proceso complejo y profundamente personal. La primera fase es siempre la reparación. Lo habitual cuando ocurre una infidelidad es que el esquema o proyecto que teníamos formado en nuestra mente se desarma, dejándonos con la necesidad urgente de rearmarlo. Este proceso está lleno de preguntas, dudas y expresiones de dolor. Es el momento en que, en contraste con el secretismo habitual que suele caracterizar a la infidelidad, buscamos respuestas sinceras y transparentes.

La duda más común es el “¿Por qué?”, una pregunta que rara vez tiene una respuesta satisfactoria. Es natural tenerla, pero siempre quedará un resquicio de duda y la respuesta nunca será la que se desea escuchar. Lo que sí puede ser respondido es el “¿Cómo?”, aportando claridad sobre los eventos que ocurrieron. Las respuestas deben expresar sinceridad, transparencia y los sentimientos de remordimiento y culpa. La sinceridad y la transparencia son cruciales para avanzar, y esto solo se logra cuando las dudas empiezan a disiparse. Hasta que todas estas dudas no sean abordadas, será difícil avanzar en el proceso de perdón. Solo a partir de esta transparencia total es que se puede comenzar a avanzar.

Es más doloroso enfrentar las secuelas de una infidelidad en soledad que en compañía, incluso cuando la relación se siente frágil. Sin embargo, es importante reconocer que perdonar o no perdonar es una decisión profundamente personal. A veces, la mejor decisión puede ser no continuar con la relación. Sin embargo, mantener el rencor puede ser perjudicial para la salud emocional y física.

Cómo tratar a tu pareja después de una infidelidad

El proceso de recuperación tras una infidelidad no se limita solo al perdón, sino también a cómo tratar a tu pareja y reconstruir la relación. Aquí se destaca la fase de analizar qué estaba fallando en la relación y qué necesidades deben ser escuchadas y atendidas.

Es crucial identificar las necesidades insatisfechas que pudieron contribuir al distanciamiento en la pareja. Lo aconsejable es que ambos miembros expresen sus necesidades tratando de conectar emocionalmente con el otro sin realizar críticas ni desprecios.

En este punto, tener estrategias para manejar conflictos de manera constructiva es esencial. Esto implica evitar la escalada negativa de violencia y la evasión de problemas. En lugar de evitar los conflictos, la pareja debe aprender a abordarlos de manera que promuevan la resolución y el entendimiento mutuo.

Es fundamental celebrar los aspectos positivos de la relación. Enfocarse en lo que funciona bien y en los momentos felices puede ayudar a fortalecer el vínculo y fomentar una atmósfera de apoyo y cariño.

Cómo superar una infidelidad

Superar una infidelidad es uno de los desafíos más grandes que puede enfrentar una pareja. Es un proceso que requiere compromiso y trabajo de ambas partes para construir un nuevo vínculo, ya que la relación no puede seguir como antes.

Una infidelidad nunca se olvida; deja una marca imborrable que permanece toda la vida. Cuando ocurre una infidelidad, se rompen los pilares fundamentales de la relación: el compromiso y la confianza. Es como si las bases de la relación se derrumbaran, de forma que resulta del todo imposible seguir construyendo sobre esos escombros.

El objetivo en este punto es crear una nueva versión de la relación mejorada: buscar un propósito mayor y un significado profundo a la relación, crear nuevos rituales de conexión que fortalezcan el vínculo emocional, apoyar al otro y ser fuente de apoyo en las presiones diarias y mostrar al otro aprecio y gratitud de manera regular.

También es necesario proteger la relación contra futuras traiciones creando un código claro sobre las consecuencias de otra infidelidad y cómo se podrían manejar situaciones previas de desconexión o conflictos.

Cómo mejorar la relación de pareja

Mejorar la relación de pareja es un proceso continuo. No importa en qué etapa se encuentre tu relación, siempre hay formas de fortalecer el vínculo y profundizar la conexión emocional. Este apartado explora estrategias y prácticas que pueden ayudar a las parejas a construir una relación más saludable, satisfactoria y duradera.

Claves para que una relación funcione

Las investigaciones de John y Julie Gottman (1970) sobre la dinámica de las relaciones de pareja han sido capaces de predecir con una precisión asombrosa qué parejas tienen altas probabilidades de permanecer juntas y cuáles están en riesgo de divorcio. Estos investigadores detectaron una serie de características que presentan las parejas felices y que son claves para que una relación funcione:

  • Sentido de compensación o reciprocidad: considerar que todo esfuerzo invertido en la pareja es rentable y absoluto compromiso con su pareja.
  • Construir recuerdos de unión: contar con los recuerdos iniciales, pero seguir construyendo nuevas experiencias positivas juntos. La memoria compartida fortalece la conexión, y si esta deja de ser reciente, el presente puede distanciar a la pareja.
  • Optimismo respecto a su presente y su futuro: visión esperanzadora de su vida actual y futura junto a su pareja. No considerar el pasado como la mejor época de su vida y seguir avanzando con entusiasmo hacia el futuro.
  • Evitar comparaciones negativas: tener un sentimiento de gratitud y satisfacción por estar juntas. No comparar con otras parejas y, en el caso de hacerlo, asegurarse de que su relación salga ganando.
  • Admiración mutua: enfocarse activamente en las virtudes del otro en lugar de resaltar sus defectos y esforzarse por comunicar esta admiración, tanto verbal como no verbalmente.
  • Contacto físico y expresiones afectivas: expresar física y verbalmente el amor que sienten por el otro.
  • Afrontar los problemas y no evitarlos: construir una red de comunicación para resolver conflictos. Abordar los problemas manteniendo un código de cariño y conexión incluso en momentos de desacuerdo.
  • Responsabilidades compartidas: cada uno asume su parte de responsabilidad en lugar de culpar al otro. Ambos están implicados en el inicio del problema y ambos están implicados en la búsqueda de soluciones.
  • Discusiones constructivas: evitar las críticas, el desprecio, la actitud defensiva y la actitud evitativa en sus discusiones.

Bases de una relación de pareja

En el núcleo de una relación de pareja exitosa se encuentra una sólida amistad. Este componente fundamental proporciona una base estable sobre la cual se construyen todos los demás aspectos de la relación. La amistad dentro de una relación de pareja promueve un equilibrio donde prevalecen los sentimientos positivos, incluso durante los conflictos. Una pareja que cultiva la amistad desarrolla una conexión emocional profunda que se refleja en la capacidad de apoyarse mutuamente, compartir alegrías y tristezas, y mantener una comunicación abierta y sincera.

En las parejas amistosas, las discusiones incluyen intentos de desagravio, que son acciones o palabras que contrarrestan la negatividad del momento. Esto significa que, a pesar de los desacuerdos, hay un esfuerzo consciente por mantener el respeto y el cariño, lo que facilita la resolución de problemas y fortalece el vínculo emocional.

Otros dos pilares fundamentales sobre los que debe apoyarse una relación de pareja sana y duradera son la confianza y el compromiso. La confianza es la piedra angular de cualquier relación de pareja exitosa. Se trata de la seguridad de saber que tu pareja siempre actuará en tu mejor interés, incluso cuando no estés presente. La confianza se construye con el tiempo y se basa en la consistencia, la honestidad y la integridad. El compromiso es el segundo pilar crucial en una relación. Implica una dedicación total y un esfuerzo constante por mantener y fortalecer la relación a largo plazo.

Cómo saber si mi relación de pareja ya no funciona

El matrimonio Gottman (1970) acuñó el concepto de “Los cuatro jinetes del apocalipsis” en el contexto de las relaciones de pareja haciendo referencia a cuatro conductas específicas que pueden servir como indicadores de problemas graves en una relación. Estas conductas serían:

  • La crítica: la crítica va más allá de una queja o una crítica constructiva y ataca la personalidad o el carácter del otro. En lugar de enfocarse en un comportamiento específico, la crítica generaliza y tiende a culpar al otro de manera global.
  • La actitud defensiva: es una respuesta natural a la crítica, pero en lugar de resolver el conflicto, tiende a escalarlo. Implica rechazar la responsabilidad personal y culpar al otro, a menudo con excusas o contraataques.
  • La actitud evasiva: ocurre cuando una persona se retira de la interacción emocionalmente, dejando de responder a su pareja. Esta retirada puede ser física (irse de la habitación) o emocional (cerrarse completamente durante una conversación).
  • El desprecio: el desprecio es el jinete más destructivo y se manifiesta a través de sarcasmo, cinismo, insultos, y expresiones de superioridad moral.

A parte de estas cuatro conductas tan dañinas, existen más señales que pueden darnos pistas de que una relación está muy dañada: existe un planteamiento violento de las discusiones (tono agresivo y hostil) dificultando la posibilidad de resolución pacífica y aumentando la tensión, ambos miembros de la pareja se sienten constantemente abrumados con las interacciones entre ellos y es apreciable a través de su lenguaje corporal, los esfuerzos de uno por intentar calmar la situación no funcionan y los recuerdos compartidos están totalmente distorsionados de forma negativa.  

Tipos y metodologías de terapia de pareja

La terapia de pareja ofrece una variedad de enfoques y metodologías diseñados para ayudar a las parejas a mejorar su relación, resolver conflictos y fortalecer su conexión emocional. Cada método tiene su propio conjunto de técnicas y teorías subyacentes que abordan diferentes aspectos de la dinámica de la relación. Al explorar estos enfoques, las parejas pueden encontrar el tipo de terapia que mejor se adapte a sus necesidades y circunstancias particulares, proporcionando un camino hacia una relación más saludable y satisfactoria. A continuación, se describen algunos de los enfoques más destacados y sus características principales.

Terapia cognitivo conductual

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una metodología ampliamente utilizada en la terapia de pareja. Donald H. Baucom comenzó a desarrollar y aplicar su enfoque de Terapia Cognitivo-Conductual para Parejas (TCCP) en la década de 1980. Este enfoque se centra en identificar y modificar los patrones de pensamiento y comportamiento que contribuyen a los conflictos y problemas en la relación.

Las primeras sesiones de terapia están dedicadas a la evaluación y el análisis funcional de la relación. Durante estas sesiones, el terapeuta trabaja con la pareja para entender qué papel juega cada miembro en el mantenimiento de las dificultades actuales. Se identifican los patrones de interacción y se evalúan los pensamientos y comportamientos que contribuyen a los conflictos.

El terapeuta ayuda a las parejas a identificar pensamientos automáticos y creencias negativas que influyen en su percepción y comportamiento dentro de la relación. Una vez identificados, trabaja con la pareja para reemplazarlos por pensamientos más realistas y constructivos. Este proceso, conocido como reestructuración cognitiva, ayuda a las parejas a ver las situaciones de manera más equilibrada y menos conflictiva.

La TCCP enfatiza la importancia de una comunicación efectiva. El terapeuta enseña a las parejas técnicas de comunicación asertiva, escucha activa y cómo expresar sus sentimientos y necesidades de manera clara y respetuosa.

Además de trabajar con los pensamientos, la TCCP se enfoca en cambiar los comportamientos problemáticos y en aumentar las interacciones positivas. Los terapeutas guían a las parejas en la adopción de comportamientos positivos que promuevan la cooperación y la comprensión mutua.

El enfoque cognitivo-conductual es especialmente útil para las parejas que enfrentan problemas de comunicación, poblemas recurrentes y patrones de comportamiento disfuncionales. Además, las habilidades aprendidas durante la terapia pueden continuar beneficiando a la pareja a largo plazo, proporcionando herramientas efectivas para mantener una relación saludable y satisfactoria.

Terapia breve centrada en soluciones

El enfoque de terapia breve centrada en soluciones, originado en el centro de Terapia familiar breve de Milwaukee en 1986, se distingue por su orientación hacia las soluciones en lugar de los problemas. Este modelo, basado en la confianza en los recursos de la pareja, busca establecer un proyecto común de cambio y trabajar en base a ese proyecto. Se enfoca en identificar y amplificar las fortalezas de la pareja, así como en explorar excepciones y mejorías, proyectando hacia el futuro y atribuyendo control a la pareja sobre su propia situación.

Este enfoque se distingue por su orientación hacia el futuro, centrándose en el presente y en el establecimiento de metas específicas para el cambio. En lugar de enfocarse en los problemas, busca identificar y amplificar las soluciones presentes en la relación, utilizando los momentos de éxito como base para construir nuevas formas de afrontar los desafíos. Este enfoque fomenta la colaboración entre la pareja y el terapeuta, reconociendo a la pareja como experta en su propia relación y animándola a participar activamente en el proceso terapéutico.

En cuanto a los beneficios de la terapia breve centrada en soluciones para parejas, se destaca su enfoque práctico y eficaz, ofreciendo herramientas y técnicas prácticas que pueden tener un impacto inmediato en la relación. Además, promueve el empoderamiento al centrarse en las fortalezas y recursos de la pareja, ayudándoles a generar cambio de manera autónoma. También fomenta la resiliencia al identificar y amplificar los momentos de éxito en la relación, y facilita la comunicación abierta y colaborativa entre la pareja, fortaleciendo así el vínculo emocional.

Terapia focalizada en las emociones

La terapia focalizada en las emociones es un enfoque terapéutico centrado en la comprensión y regulación de las emociones dentro de las relaciones de pareja. Desarrollada en los años 80, inicialmente por Sue Johnson y Les Greenberg, esta modalidad terapéutica se basa en la teoría del apego y en la idea de que la pareja debe ser una figura de apego que ayuda a regular las emociones.

En este enfoque, se considera fundamental el concepto de co-regulación emocional, donde la pareja colabora en la regulación de las emociones del otro. Se reconoce que las reacciones y comportamientos en la relación están influenciados por las necesidades y miedos de apego de cada miembro, y se aborda la dinámica de la pareja desde este marco.

El objetivo principal de la terapia focalizada en las emociones es identificar, expandir y reprocesar las emociones subyacentes en la relación. Se ofrece un contexto terapéutico seguro donde se pueden reestructurar las interacciones y explorar las experiencias emocionales de cada miembro de la pareja.

La terapia focalizada en las emociones aplicada a parejas mejora la comunicación emocional al centrarse en la identificación y expresión de emociones, lo que ayuda a las parejas a comunicarse de manera más efectiva sobre sus sentimientos, necesidades y deseos. Además, promueve la comprensión mutua y fortalece el vínculo al explorar y validar las emociones de cada miembro de la pareja, lo que facilita una comprensión más profunda de las experiencias emocionales individuales y de la dinámica relacional.

 

Método Gottman

El Método Gottman, desarrollado por Robert Levenson y John Gottman, es un enfoque terapéutico centrado en la observación de parejas para comprender los fundamentos de una relación sólida. En 1994, se introdujo la Teoría de «La casa de una relación sólida», que describe los diferentes componentes necesarios para que una relación funcione.

Según el Método Gottman, una relación sólida se basa en dos grandes pilares: la confianza y el compromiso. Estos pilares sostienen los siete «pisos» de la casa de una relación sólida: el conocimiento mutuo, la admiración y el cariño, los acercamientos al otro, la perspectiva positiva del otro, el manejo adecuado de conflictos, la gestión de los sueños propios y del otro y la creación de un sentido de trascendencia.

La intervención terapéutica implica un análisis detallado de cada uno de estos componentes de la relación, identificando áreas de fortaleza y áreas de mejora. A través de este análisis, las parejas pueden trabajar para fortalecer los fundamentos de su relación y cultivar una conexión más profunda y satisfactoria.

El Método Gottman ofrece una serie de beneficios significativos para las parejas que buscan mejorar su relación ofreciendo a las parejas una guía clara sobre dónde enfocar sus esfuerzos terapéuticos. Esto puede ayudar a reducir la sensación de incertidumbre y proporcionar un sentido de dirección en el proceso de terapia. Finalmente, al centrarse en fortalecer los pilares fundamentales de la confianza y el compromiso, este enfoque puede promover una mayor intimidad, conexión emocional y satisfacción en la relación de pareja.

Terapia de pareja online

Cuando hablamos de psicoterapia online nos referimos a cualquier tipo de interacción profesional, de carácter terapéutico, que hace uso de internet y de las distintas plataformas de comunicación en línea como medio para la práctica en salud mental.

No se trata de un enfoque diferente como tal, sino que puede realizarse terapia online desde cualquiera de las orientaciones comentadas con anterioridad. La diferencia principal radica en la herramienta o canal de comunicación que se usa para llevarla a cabo. Al igual que en una consulta presencial, las sesiones se rigen por los principios de confidencialidad y ética profesional.

La terapia de pareja online ofrece una serie de ventajas significativas. En primer lugar, la accesibilidad es notable, ya que facilita el acceso a personas que tienen dificultades para acudir a terapia presencial debido a diferentes motivos, como la distancia, la movilidad reducida o la falta de tiempo.

Otra ventaja importante es la rentabilidad y eficiencia. La terapia online reduce los tiempos y gastos asociados con los desplazamientos a un consultorio físico, lo que puede hacer que sea una opción más económica para algunos pacientes. Además, permite mantener la regularidad en las sesiones, lo que es especialmente útil para personas que viajan con frecuencia o tienen horarios cambiantes. En resumen, la terapia de pareja online ofrece una alternativa conveniente y efectiva para aquellos que buscan ayuda para mejorar su relación, sin las limitaciones geográficas o logísticas asociadas con la terapia presencial.

Ejercicios y actividades para terapia de pareja

En este apartado, exploraremos una variedad de ejercicios y actividades que los terapeutas de pareja utilizamos para fomentar la comprensión, la empatía y el crecimiento dentro de la relación.

Tareas para incrementar interacciones positivas

Existen multitud de tareas que pueden ayudar a recuperar los aspectos positivos de la relación. Algunas de ellas podrían ser:

  • Tarea “Observar lo positivo del otro”: se plantea la idea de que podemos centrarnos en los problemas y las amenazas en la relación o en captar las cosas agradables y satisfactorias de la pareja. La propuesta es prestar atención a todo lo positivo que se detecte en el otro en el día a día y anotarlo. El propósito es cambiar la perspectiva de parejas que suelen centrarse en lo negativo de su relación. Al enfocarse en lo positivo, no solo se les anima a notar y apreciar las acciones y cualidades admirables de su pareja, sino que también se refuerzan estas conductas positivas mediante la atención y el reconocimiento mutuo
  • Tarea “Sorprender al otro”: cada semana, se les asigna a ambos miembros de la pareja la tarea de preparar una sorpresa para el otro. Esta sorpresa debe ser algo que sepan que su pareja apreciará mucho. Puede ser desde un pequeño gesto hasta algo más elaborado, lo importante es que sea significativo y personalizado para la otra persona. Esta tarea se enfoca en el aspecto conductual de la relación y está dirigida especialmente a parejas que sienten que han caído en una rutina excesiva. Al introducir sorpresas regulares en la dinámica de la relación, se busca revitalizar la conexión emocional y romper con la monotonía, fomentando así la emoción y el interés mutuo.

 

Tareas para bloquear las interacciones negativas

Este tipo de tareas tratan de modificar la dinámica predecible y rígida en la que suelen ocurrir las interacciones negativas en las relaciones de pareja. Algunas de ellas podrían ser:

  • Tarea “Días pares e impares”: se les pide a los miembros de la pareja que elijan tres días específicos a la semana para actuar como si hubieran decidido separarse, y otros tres días para actuar como si hubieran decidido permanecer juntos. El séptimo día de la semana, cada uno tendrá libertad para hacer lo que desee. Se recomienda especialmente para parejas que experimentan una fuerte ambivalencia respecto a si deberían separarse o permanecer juntos.
  • Tarea “Dos elogios por cada crítica”: se propone a la persona que tiende a criticar a su pareja que, antes de expresar una crítica sobre el comportamiento de su cónyuge, primero realice dos comentarios positivos sobre él o ella. Está destinada a parejas que se encuentran atrapadas en un ciclo de críticas constantes, con el objetivo de interrumpir este patrón de descalificaciones mutuas.

 

Conclusiones

A lo largo del artículo hemos podido explorar una amplia gama de temas relacionados con la terapia de pareja, pudiendo concluir que es una potente herramienta para abordar y resolver problemas en las relaciones. La terapia no solo sirve para resolver conflictos existentes, sino también para fortalecer la comunicación, la comprensión mutua y el apoyo emocional dentro de la relación. Los beneficios incluyen el aumento de la satisfacción y la intimidad, así como el desarrollo de habilidades para afrontar dificultades futuras.

El papel del terapeuta es fundamental en este proceso, ya que actúa como facilitador, guía y mediador para ayudar a las parejas a identificar y abordar sus problemas. La elección de pareja puede estar influenciada por una variedad de factores, desde biológicos hasta culturales, y existen diversas teorías que intentan explicar este fenómeno, pero una buena elección de pareja debería basarse en la compatibilidad, el respeto mutuo y metas compartidas.

Hemos explorado diferentes formas de abordar los desafíos que surgen en las relaciones de forma más constructiva, incluida la crisis por excelencia en una pareja como es la superación de una infidelidad, un desafío particularmente difícil, pero abordable con el apoyo adecuado.

En definitiva, la mejora de una relación de pareja requiere esfuerzo mutuo, honestidad y compromiso. Las señales de que una relación no está funcionando deben ser reconocidas temprano para abordar los problemas antes de que se agraven. Existen diferentes metodologías o enfoques para abordar la terapia de pareja, así como ejercicios específicos que pueden ayudar a fortalecer la relación.

 

Recomendaciones para una terapia de pareja efectiva

Algunas recomendaciones para lograr que un proceso de terapia de pareja sea efectivo serían:

  • Comunicación abierta y honesta: es fundamental que exista un ambiente en el que ambas partes se sientan seguras para expresar sus pensamientos, sentimientos y preocupaciones sin miedo a juicios o represalias.
  • Compromiso mutuo: ambos miembros de la pareja deben estar comprometidos con el proceso terapéutico y dispuestos a trabajar en la construcción de una relación más saludable.
  • Claridad en los objetivos: es importante que se establezcan metas claras para la terapia, ya sea resolver conflictos específicos, mejorar la comunicación o fortalecer la intimidad.
  • Apertura a la retroalimentación: la disposición a recibir retroalimentación constructiva y a trabajar en el cambio es esencial para el progreso en la terapia de pareja.
  • Espacio para la individualidad: aunque la terapia se centra en la relación de pareja, es importante reconocer y respetar las necesidades individuales de cada miembro.
  • Persistencia y paciencia: los cambios positivos en una relación llevan tiempo y esfuerzo, por lo que es importante mantener una actitud perseverante y comprensiva a lo largo del proceso terapéutico.

Estas recomendaciones pueden sentar las bases para una terapia de pareja efectiva que promueva un mayor entendimiento, conexión y satisfacción dentro de la relación.

Preguntas frecuentes

¿Cuánto cuesta una terapia de pareja?

En España el costo de realizar terapia de pareja puede variar en función de diferentes factores, pero, de forma general, los precios oscilan entre los 60 y 100 euros por sesión. En LB psicología el precio de las sesiones en pareja es de 60 euros y también contamos con bonos de 5 sesiones por 285 euros para facilitar el acceso a terapia.

¿Cómo empezar una terapia de pareja?

A la hora de tomar la decisión de empezar un proceso terapéutico en pareja lo más importante es que ambos estéis de acuerdo y dispuestos a comprometeros. Es relevante que ambos os sintáis cómodos con el/la terapeuta elegido y estéis abiertos a trabajar en equipo hacia una versión mejorada de vuestra pareja.

¿Cómo saber si necesitas terapia de pareja?

Algunas señales que podrían indicar la necesidad de terapia de pareja incluyen dificultades persistentes en la comunicación, conflictos recurrentes, falta de intimidad emocional o desafíos para resolver problemas juntos. Si sentís que estáis luchando por resolver desafíos y mejorar la relación por vuestra cuenta y no está funcionando, la terapia puede ayudaros a encontrar soluciones efectivas.

Además, acudir a terapia de pareja no necesariamente significa que la relación esté en crisis, sino que puede ser una herramienta valiosa para fortalecer vuestra conexión y abordar los desafíos de manera más constructiva.

¿Cuántas sesiones de terapia de pareja son necesarias?

En terapia de pareja, al igual que en los procesos individuales, la duración es muy variable y depende mucho de los elementos que haya que trabajar. No existe un número fijo de sesiones que se aplique universalmente, ya que cada situación es única. A nivel orientativo, la mayoría de parejas suelen tener una media de 8-10 sesiones para abordar de forma efectiva sus desafíos.

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Escrito por...

psicologa en zaragoza

Laura Berdún Udina

Soy Psicóloga General Sanitaria y Orientadora Educativa, especializada en Intervención con Parejas y Trastornos Emocionales y de Conducta. Experta en Psicología Infantojuvenil y en Intervención en Autoestima. Comprometida y empática, mi dedicación al bienestar emocional me ha llevado al mundo de la divulgación en redes. En mi consulta privada trabajo tanto en terapia individual como familiar y de parejas. Además, colaboro con centros vinculados con la infancia, llevando mi experiencia a la intervención en edades tempranas.

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